En estos días, marcados por la conclusión de Simjat Torá y Sheminí Atzeret, nos encontramos en un momento crucial, no solo para el pueblo judío y el Estado de Israel, sino también para la humanidad. En este periodo de reflexión, surge un profundo llamado a la solidaridad y a la búsqueda incansable de la paz.
Solidaridad Inquebrantable:
En primer lugar, queremos expresar nuestra total y absoluta solidaridad con el Estado de Israel. Un Estado democrático, plural y judío que, como cualquier otra nación, tiene el indiscutible derecho a existir. Más allá de las adversidades, Israel no tiene que demostrar su derecho a existir; es un hecho innegable y sagrado. En estos momentos difíciles, enviamos nuestros pensamientos y apoyo a la nación que ha resistido desafíos innumerables y ha florecido contra viento y marea.
Un Llamado a la Paz:
En un contexto donde la paz parece a menudo esquiva, hacemos un ferviente llamado a la paz en Israel, entre el pueblo palestino y en toda la región. Anhelamos acuerdos de paz que fomenten la coexistencia, la plenitud y el respeto mutuo. Reconocemos la complejidad de la situación, pero sostenemos que el terrorismo no puede ser una moneda de cambio en la mesa de negociaciones. El terrorismo, en todas sus formas, atenta contra la dignidad más básica que compartimos como seres humanos.
Repudio a la Masacre:
Lo que ocurrió recientemente en Israel no puede ser descrito de otra manera que como una masacre. Cada vida perdida es una tragedia y un recordatorio de que debemos luchar incansablemente por la paz. No podemos pasar por alto que lo que sucedió fueron asesinatos crueles e indiscriminados. Desde IEDA, condenamos con firmeza estas acciones y extendemos nuestras más profundas condolencias a las familias afectadas.
El Camino a la Paz:
Desde este lugar de dolor y reflexión, hacemos un llamado a Dios, a todos los seres humanos involucrados y, sí, incluso a nuestros enemigos, para que consideren la posibilidad de ser amigos algún día. En este camino hacia la paz, reconocer al otro y ser reconocido es fundamental. La paz no se trata simplemente de la ausencia de conflicto, sino de la construcción de un entendimiento mutuo y respetuoso.
El Compromiso de IEDA:
Como parte de IEDA, nuestro compromiso es claro: abogamos por la paz y rechazamos la violencia como medio para resolver disputas. Pedimos a todos los involucrados que se comprometan con la búsqueda de soluciones pacíficas y que trabajen juntos para construir un mundo donde el terrorismo no tenga cabida y cada individuo pueda vivir sin miedo.
Conclusión:
En este momento de desafío, es crucial recordar que la paz no es un sueño inalcanzable, sino un objetivo que merece nuestra dedicación y esfuerzo continuo. Que esta reflexión nos motive a trabajar incansablemente por un mundo donde la paz prevalezca y donde no haya más pérdida de vidas inocentes.
En IEDA, seguimos comprometidos con el diálogo, la comprensión y la construcción de puentes hacia la paz. Que nuestras acciones y palabras contribuyan a un futuro más brillante y armonioso para todos.